Imagínate un cielo azul
siempre igual, en el que brillara
la paz como extraña utopía.

Imagínate que una complaciente
bandera uniera nuestros gustos
convirtiéndose en remanso de sueños.

Imagina que, de pronto, se encoge
el ánimo y la vida
circula más despacio
y todo lo previsto, queda anulado.

Es preciso volver cada mañana
a sembrar de aire el estanque
para sobrevivir.
Colocar el aguacero escondido
entre la maleza del bosque
y robar un arco iris.

Es preciso alumbrar este tiempo
desapacible y rodear las horas
con la mejor sonrisa.
Siempre habrá un cuervo
que quiebre el aire de la tarde
con sus graznidos.

Imagínate que destaca
la reflexión en las mentes
y las tristezas se dispersan
al caer en la red de la amistad.

R.J.M. /21.7.10